UAGADUGU Y PARIS, 31 (ANSA)- Utilizó pocas líneas, plagadas
de buenos propósitos y sentido del Estado, para dejar el poder
que mantuvo por 27 años. Así, deja a escena política de Burkina
Faso, y de Africa, Blaise Compaoré. Su salida sobreviene luego de que todo el país saliera a las
calles para expresar su rabia contra el proyecto de ley que, de
ser aprobado, aumentaría una vez más el número máximo de
mandatos presidenciales, entregándole de hecho el poder de modo
vitalicio. La jefatura de Estado fue asumida por el jefe de estado mayor
del ejército, Honoré Traoré, que, con una proclama, anuló el
gobierno y el parlamento, estableció el toque de queda y
prometió elecciones presidenciales en 12 meses. Una agenda que podría no ser aceptado por el pueblo, que esta
mañana también protestó contra Traoré, considerado muy cercano a
Compaoré (que lo había designado), tanto que el estado mayor
estuvo rodeado durante horas por los manifestantes, quienes
hablaron con altos oficiales que garantizaron su neutralidad. A pesar de que el final de hoy se palpaba en el aire luego de
los hechos sangrientos de ayer, miles de personas invadieron
nuevamente la plaza de la Nación, sobre todo jóvenes, decididos
a oponerse a la arrogancia de un hombre, Compaoré, enraizado al
poder. También ahora que, admitida la derrota, se fue de Uagadugu,
seguido por funcionarios, colaboradores y amigos, hacia la
ciudad distrito de Po, en el sur del país. El empujón a aquello que tiene toda la sensación de una fuga
lo dieron los militares, hasta ayer apegados al régimen, que no
se opusieron a las protestas del pueblo y no le manifestaron su
apoyo al presidente. Lo sucedido en estas horas en el país africano no tiene la
apariencia de un golpe, sino una colusión entre pueblo y
uniformados para evitarle a Compaoré el enésimo insulto a la
Constitución y al simulacro de democracia que todavía resistía
en el país. Empero, la decisión de Traoré de asumir el poder podría abrir
un capítulo inesperado porque, también esta noche, la multitud
seguía invocando el nombre de otro general, Kwame Logué, para
que sea él y no otro quien guíe la transición hacia las
elecciones. El escenario que se presenta ahora es cuanto menos complejo
porque, si fuera posible hacer rápidamente las elecciones, queda
por ver quién sabrá traducir la ira popular en votos. Las manifestaciones ya señalaron a sus líderes: Zéphirin
Diabré, Roch Marc Kaboré y Bénéwendé Sankara. El propio Sankara podría ser quien juegue mejor sus cartas. Con 55 años, es el presidente de la Unión para el
Renacimiento, el partido que se reconstituye con el legado
político de Thomas Sankara, el Che Guevara de Africa, presidente
del país entre 1983y 1987, aún idolatrado por muchos (sobre todo
jóvenes) y cuyo homicidio ha pesado durante todos estos años
sobre Compaoré.
Bénéwendé Sankara, además de llevar el nombre del presidente
reformista asesinado, también tuvo la bendición de la viuda de
Thomas Sankara, Mariam, quien nunca dejó de luchar para que se
aclare el asesinado de su marido.
MIU-ADG/MRZ
31/10/2014 21:19
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