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CIUDAD DEL VATICANO, 21 (ANSA)- Dios no tiene nada que ver con el dinero y la Iglesia no puede ser "especuladora", dijo hoy el papa Francisco en la misa en la Casa de Santa Marta.
"Hay dos cosas que el pueblo de Dios no puede perdonar: un cura apegado al dinero y un cura que maltrata a la gente",
agregó.
El Papa pidió también a los laicos el coraje de denunciar "en la cara del párroco" el tráfico de dinero en la parroquia.
Francisco comentó hoy la parte del Evangelio donde Jesús expulsa a los mercaderes del Templo. Lo de Jesús -explicó- fue
un gesto de purificación: "El Templo había sido profanado", y con él el pueblo de Dios.
"La gente es buena, la gente iba al Templo, no miraba estas cosas; buscaba a Dios, rezaba, pero debía cambiar las monedas para hacer ofrendas", dijo el pontífice.
En el Templo "había corrupción que escandalizaba al pueblo", agregó, y subrayó: "Yo pienso en el escándalo que podemos causar a la gente con nuestra actitud, con nuestras costumbres no sacerdotales en el Templo: el escándalo del comercio, el
escándalo de la mundanidad".
"Cuántas veces -observó- vemos que entrando en una Iglesia, todavía hoy, está la lista de precios" para el bautismo, la
bendición, las intenciones para la Misa. También recordó el episodio de una pareja que, para casarse con Misa, tuvo
que pagar dos turnos en la iglesia.
"La redención es gratuita", y cuando "la Iglesia o las iglesias se vuelven especuladoras, se dice que... no es tan
gratuita la salvación", concluyó el Papa.
"Cuando los que están en el Templo, independientemente de que sean sacerdotes, laicos, secretarios que se ocupan de administrar la pastoral en el Templo, se vuelven especuladores, el pueblo se escandaliza", subrayó.
"Nosotros somos responsables de esto. También los laicos, Porque si yo veo que en mi parroquia se hace esto, debo tener el coraje de decírselo en la cara al párroco", dijo el Pontífice.
"Es curioso: el pueblo de Dios sabe perdonar a sus sacerdotes, cuando tienen una debilidad, resbalan sobre un pecado, sabe perdonar. Pero hay dos cosas que el pueblo de Dios no puede perdonar: a un sacerdote apegado al dinero y a un sacerdote que maltrata a la gente. Y el escándalo, cuando el Templo, la Casa de Dios, se vuelve una casa de negocios, como aquel matrimonio: se alquilaba la iglesia", remarcó.
"Jesús no está enojado, explicó el Papa, es la Ira de Dios, es el celo por la Casa de Dios, porque no se puede servir a dos patrones: o das culto a Dios vivo, o das culto al dinero, al dinero",
"Pero ¿por qué Jesús está contra el dinero? Porque la redención es gratuita; la gratuidad de Dios, Él viene a traernos la gratuidad total del amor de Dios", sostuvo Francisco.
(ANSA).
21/11/2014 18:37
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