Por Alberto Ferrari
BUENOS AIRES, 20 (ANSA)- La trayectoria de Alfredo Palacios,
el primer diputado socialista de América a los 25 años de edad,
es reconstruida en un ensayo de reciente edición, que recupera
del olvido su lucha por los derechos laborales y sociales.
Palacios desde su banca de diputado bregó a comienzos del
siglo Veinte por "el nuevo derecho", al que identificaba como
"el derecho de los trabajadores", y denunció la explotación
laboral de las mujeres y los niños. Coherente con su pensamiento, apoyó las primeras huelgas de
las mujeres trabajadoras organizadas por la Unión de Mujeres
Socialistas, que en 1907 reclamaban el derecho a disponer de una
silla para sentarse mientras cumplían con sus agotadoras
jornales laborales. También de su autoría fue la ley que en 1913 tipificó por
primera vez el delito de esclavitud sexual e introdujo duras
penas para los rufianes y los proxenetas, recuerda el ensayo
"Alfredo Palacios, el socialismo criollo", publicado por
Ediciones La Vanguardia. El ensayo no elude los aspectos más cuestionables de la
trayectoria de Palacios, como fue su virulenta confrontación con
el peronismo, que lo alejó de los sectores populares y de los
trabajadores a los que había defendido en el Parlamento. Juan Carlos Coral, dirigente histórico del socialismo
latinoamericano y ex candidato presidencial argentino en 1973,
reconoce en el ensayo que Palacios cometió "el error político de
caracterizar" al ex presidente Juan Domingo Perón (1946-1955)
como "el líder de la restauración fascista en América Latina". Coral analiza que Palacios se dejó arrastrar a la "campaña de
distracción que impuso el imperialismo (estadounidense) para
desplazar el eje del debate de la contradicción principal,
capitalismo-socialismo a la alternativa fascismo o democracia". Al mismo tiempo, Palacios impulsó en 1925 la creación de la
Unión Latino Americana, propuesta que promovió durante una gira
por las universidades de Uruguay, Brasil, Perú, Bolivia y
Panamá. Desde la Asamblea de la Unión Latino Americana, Palacios
envió en 1928 un mensaje de apoyo a Augusto César Sandino, que
se había alzado contra la invasión estadounidense en Nicaragua. También fue uno de los primeros dirigentes argentinos que en
mayo de 1960 viajó a La Habana para analizar la naciente
revolución cubana y a su regreso brindó conferencias en Buenos
Aires y Montevideo sobre su percepción positiva del proceso que
se iniciaba en la isla. Palacios también presentó en 1964 -un año antes de su muerte-
un proyecto para urbanizar las villas de emergencia de la ciudad
de Buenos Aires, una promesa que se ha repetido cíclicamente
desde entonces a través de diferentes gobiernos y partidos
políticos y que sigue sin concretarse.
AEF-MZU/MRZ
20/12/2014 18:09
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