Por Fausto Gasparroni
CIUDAD DEL VATICANO, 30 (ANSA)- Los cristianos están en
"riesgo de extinción" en Medio Oriente. La comunidad
internacional debe intervenir cuanto antes o será demasiado
tarde, afirmó en un angustiado llamado en el Palacio de Vidrio
de Nueva York, el observador permanente del Vaticano ante las
Naciones Unidas (ONU), monseñor Bernardino Auza. El representante del papa Francisco hizo sentir su voz por
una alarma que se considera cada vez más urgente. "La hora es
grave", dijo el arzobispo filipino, observador vaticano ante la
ONU desde 2014. La supervivencia misma de los cristianos en
Medio Oriente está en riesgo después de 2000 años. También otras comunidades étnicas y religiosas están
sufriendo igualmente "violaciones de los derechos humanos,
torturas, muertes y toda forma de persecución simplemente por la
fe que profesan o por el grupo étnico de pertenencia pero los
cristianos están específicamente tomados de blancos, muertos u
obligados escapar de sus casas y aldeas". "Sólo hace 25 años, recordó monseñor Auza, según reportó
Radio Vaticana, había casi dos millones de cristianos que vivían
en Irak", mientras que ahora son menos de 500 mil. La situación
es "insostenible" frente a la amenaza de muerte que sufren de
parte de organizaciones terroristas. Los cristianos viven un
"profundo sentido de abandono" de parte de las autoridades
legítimas y de la comunidad internacional. La Santa Sede invita a todo el mundo "a movilizarse antes que
sea demasiado tarde", recordando que "la entera comunidad
internacional concordó que todo Estado tiene la responsabilidad
primaria de proteger a su población de genocidio, crímenes de
guerra, crímenes contra la humanidad y limpieza étnica" y, allí
donde no pudiese o no quisiese, "la comunidad internacional debe
estar pronta para actuar para proteger las poblaciones en
conformidad con la Carta de las Naciones Unidas". El prelado recordó que Jorge Bergoglio en reiteradas
ocasiones invitó a la comunidad internacional a "hacer todo lo
posible para detener y prevenir ulteriores violencias
sistemáticas contra las minorías étnicas y religiosas. "El
retraso de la intervención, advirtió el observador permanente,
significará sólo que más personas morirán, serán perseguidas u
obligadas a escapar". La Santa Sede, dijo monseñor Auza, expresa su profundo
"aprecio por los países de la región y por todos los que
trabajan sin cansancio, también a riesgo de la propia vida, para
dar asistencia a unos dos millones y medio de desplazados
internos en Irak a 12 millones de sirios que tienen necesidad de
asistencia humanitaria, de los cuales 4 millones viven como
refugiados y 7 millones y medio como desplazados internos.
Tratemos, concluyó, de ayudar a estos países". Francisco, en la homilía de la misa de ayer de Domingo de
Ramos, había dedicado un recuerdo particular a los cristianos
perseguidos. "Pensamos en la humillación de los que por su
comportamiento fiel al Evangelio son discriminados y pagan en
persona, dijo. Y pensamos a nuestros hermanos y hermanas
perseguidos porque son cristianos, los mártires de hoy, hay
tantos, no reniegan a Jesús y soportan con dignidad insultos y
ultrajes. Lo siguen por su camino". En tanto, el grito de los cristianos y de las otras minorías
en Medio Oriente sonó el viernes pasado en el Consejo de
Seguridad de la ONU por la primera vez desde cuando iniciaron
las violencias de los milicianos del llamado Estado Islámico
(EI). "Las atrocidades cometida contra las minorías del EI exigen
una respuesta urgente, es necesario poner fin a la impunidad",
dijo el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, que anunció
para septiembre un plan de acción para la prevención del
extremismo violento y la protección de las minorías en Medio
Oriente, mientras en su intervención el patriarca caldeo de
Bagdad, Louis Raphael Sako, subrayó que "la primavera árabe tuvo
consecuencias dañinas para los cristianos".
PK/MRZ
30/03/2015 19:16
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