ABUYA, 29 (ANSA) - Mientras las elecciones presidenciales y
legislativas se desarrollaban hoy en Nigeria, cuyo resultado se
conocerá 48 horas después, en el noreste del país se registraban
combates entre milicianos fundamentalitas de Boko Haran y
soldados gubernamentales. Según la comisión electoral independiente son al menos 300
sobre 1.500 las mesas electorales las que debieron adaptarse a
los votantes: cientos de ellos no lograron registrarse a causa
de los problemas del nuevo sistema electrónico de
identificación. En tanto, residentes de las zonas más remotas del noreste del
país contaron sobre violentos enfrentamientos entre los
fundamentalistas de Boko Haram y los soldados gubernamentales. En particular, un portavoz de la policía dijo que "hombres
armados no identificados" atacaron oficinas electorales en las
ciudades de Kirfi y Alkaleri, a 120 kilómetros al este de
Bauchi.
Una caravana de cerca de 10 vehículos, añadió, fueron
bloqueados por el gobierno en Dindima. Al mismo tiempo, aumentó a 41 el número de personas muertas,
incluido un legislador, en diversos ataques de Boko Haran en el
noreste del país, un día después de que las fuerzas armadas
anunciaran que habían expulsado a los extremistas islámicos de
los centros de población más importantes, incluida la sede de su
llamado califato. Al menos 25 personas perdieron la vida en la localidad de
Miringa, en el estado de Borno, donde los milicianos quemaron
sus casas y balearon a sus dueños, según informó el gobernador
de esa localidad, Kashim Shetimma. Otras 14 personas murieron en Biri y Dukku, en el estado de
Gombe, según la policía y el jefe local Garkuwan Dukku. Entre
los muertos figura el legislador estatal de Gombe, Umaru Alí,
informó Sani Dugge, director local de campaña de la coalición
opositora. Dos electores fueron asesinados durante los ataques de Boko
Haram a centros de votación en las localidades gemelas de Birin
Bolawa y Birin Fulani, en Gombe, añadió la policía. Los ataques ensombrecieron además de esa zona un par de
localidades del sur, en manos de los cristianos del presidente
saliente Goodluck Jonathan, de 57 años. Estos ataques ahuyentaron a centenares de electores de las
urnas en Nigeria durante la contienda presidencial más disputada
en la historia del país. Los milicianos islámicos de Nigeria afirman que la democracia
es un concepto occidental corrupto y mencionan a la corrupción
endémica como una razón para suprimirla y establecer un
califato. El éxito del escrutinio, sin embargo, por ahora es incierto
dado que por primera vez el desafiante musulmán Muhammadu
Buhari, de 72 años, ya presidente del país tras un golpe en los
primeros años 80 y desde entonces siempre derrotado en las
urnas, podría ganar un cabeza a cabeza que lo llevaría al
balotaje. Según los observadores, de ningún modo cuenta la
participación de los otros 12 candidatos. Casi 60 millones de personas están habilitadas a votar y por
primera vez hay posibilidad de que un candidato pueda derrotar a
un mandatario en una contienda de gran trascendencia para
gobernar la nación más rica y poblada de Africa. Los votantes eligen a 360 legisladores para la Cámara de la
Asamblea, donde la oposición tiene una ligera ventaja sobre el
partido de Jonathan. El panorama político en Nigeria cambió hace dos años cuando
los principales partidos opositores integraron una coalición y
presentaron por primera vez un candidato único, a Buhari, lo que
llevó a decenas de legisladores a desertar del partido de
Jonathan, acusado de hacer poco o nada para evitar las masacres
y las operaciones terroristas de Boko Haram. Las atrocidades de meses golpearon indistintamente a
cristianos y musulmanes en las áreas fronterizas con Camerún,
Chad, Níger y Benin, dando lugar a un peligroso proceso de
desestabilización de toda la región africana. Según la Comisión electoral, que prevé también la posibilidad
de un balotaje, los resultados de las elecciones deberían ser
comunicados 48 horas después del fin de todos los sufragios, que
continúa teniendo un punto interrogativo. En algunas zonas, el escrutinio concluyó el sábado en la
noche, a veces entre cortes rutinarios de electricidad que
obligaron a algunos funcionarios a contar los votos con la
iluminación de vehículos y teléfonos celulares. En tanto que en la jornada dominical las máquinas nuevas
fallaron en gran medida en la lectura de las credenciales
biométricas de los electores, comentó Kayode Idowu, portavoz de
la Comisión Electoral Nacional Independiente. Con el pasar de las horas la tensión se registra también en
el centro petrolífero portuario del sur Puerto Harcourt, donde
miles de personas salieron a las calles para denunciar fraude
electoral y por presuntos homicidios de activistas. Blindados y
policía antimotines fueron desplegados.
RED-MAC/MRZ
30/03/2015 21:07
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