TOKIO, 1 (ANSA) - El recuerdo debe permanecer porque es justo
que "las futuras generaciones sepan" lo ocurrido, pero la
herencia, y la advertencia, del bombardeo atómico contra
Hiroshima por parte de los Estados Unidos al final de la Segunda
guerra mundial es que la humanidad jamás deberá afrontar
tragedias similares. Setenta años después de la que es una las peores páginas
escritas en la historia del hombre, el alcalde de Hiroshima,
Kazumi Matsui, pidió a los líderes del mundo "impulsar la
confianza recíproca a través del diálogo", única manera
-precisó-para poder abrir un nuevo capítulo sobre el horror del
nuclear. En la declaración de Paz que se firmará el 6 de agosto en
Tokio Mtsui "invitará los líderes de todo el mundo -incluso
Japón- a dejar de lado aquellas acciones que puedan generar la
desconfianza de una persona hacia la otra". El objetivo del alcalde es que los líderes del mundo visiten
su ciudad para que puedan ver de cerca las terribles heridas
provocadas por las armas nucleares en Hiroshima. Heridas que no
están del todo cerradas, como demuestran los relatos de los
sobrevivientes ("hibakusha") a la atómica. Entre los eventos del G7 que Japón organizará el año próximo
se destaca una reunión a nivel de cancilleres precisamente en
Hiroshima, el 10-11 de abril. A la cita participará también el
secretario de Estado norteamericano John Kerry.
Hasta ahora la persona con el más alto cargo institucional de
los Estados Unidos que visitó Hiroshima es Nancy Pelosi, que en
el 2008 estuvo en el 'memorial' de la paz de la ciudad. Sin embargo, todas las miradas apuntan ahora hacia Barack
Obama, quien podría viajar a Hiroshima antes de concluir su
mandato como presidente. Matsui está impulsando la iniciativa 'Alcaldes por la paz"
que cuenta con el momento con unas 6.200 adhesiones de todo el
mundo: su objetivo es alcanzar la prohibición total de las armas
nucleares antes del 2020, con el apoyo de la ONU y de las
organizaciones no gubernamentales. Los Estados Unidos lanzaron la primera bomba atómica
utilizada con finalidades bélicas en la historia el 6 de agosto
de hace 70 años. El blanco fue Hiroshima: la bomba cayó a las
8,15 hora local y tomó por sorpresa a la ciudad, en ese momento
era un importante centro industrial y militar del país. El imponente desplazamiento de aire provocado arrasó con las
viviendas y los edificios en un radio de unos dos kilómetros. Además de los efectos térmicos y radioactivos inmediatos, a
lo largo de los años hubo consecuencias muy graves por las
radiaciones, que elevaron el número de las víctimas a unas 250
mil. Y en el momento del impacto la bomba mató a 80 mil personas,
además de 40 mil heridos y más de 13 mil desaparecidos. Tres días después del lanzamiento de la bomba (llamada Little
Boy) Estados Unidos lanzó una segunda atómica ("Fat Man") sobre
Nagasaki, provocando 70 mil víctimas 'directas' antes de finales
del '45 más la misma cantidad en los años sucesivos. El emperador Hirohito anunció querer rendirse el 14 de
agosto, tras difundir los dramáticos ataques ocurridos en las
dos ciudades.
El día 15 el discurso de rendición fue entregado a las
emisoras de radio, pese al intento de bloquear la decisión por
parte de un grupo de jóvenes oficiales del ejército. Hoy día el debate sobre Hiroshima del pasado se cruza en
Japón con el presente. Hay por ejemplo muchas críticas contra medidas que
flexibilizan
los límites que la Constitución de Japón impone a las fuerzas
armadas, normas que están siendo discutidas en el Parlamento y
que cuentan con el aval del premier Shinzo Abe. También hay discusiones sobre el empleo con fines civiles de
la energía nuclear.
El próximo 10 de agosto la empresa "Kyushu Electric Power"
volverá a poner en marcha el reactor atómico n.1 de Sendai,
prefectura de Kagoshima, el primero que producirá energía a
partir de los nuevos 'standard' sobre la seguridad tras la
gravísima crisis de marzo del 2011 generada en Fukushima. "No Nukes Hiroshima - Nagasaki - Fukushima" es por otra parte
el título de un libro aparecido en estos días sobre "un mundo
sin nuclear", obra que agrupa a más de 50 personalidades
japonesas, del mundo del arte, premios Nobel o escritores. "La responsabilidad que tenemos frente al mundo es saber que
no es posible convivir con el nuclear, cualquiera sea su forma",
escribió por ejemplo el músico y compositor Ryuichi Sakamoto.
FT-RIG/MRZ
01/08/2015 20:15
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