Por Flaminia Bussotti BERLIN, 5 (ANSA) - Til Schweiger, estrella del cine alemán que fue héroe decenas de veces en la gran pantalla, como "duro de buen corazón", indignado por el creciente racismo, decidió costear de su propio bolsillo la apertura de un nuevo centro para refugiados en Alemania.
    Desde hace días el actor -de 51 años y con unos sesenta filmes en su haber- apunta el dedo y anuncia, como lo hizo en el Bild am Sonntag, que abrirá un centro para refugiados.
    "Lo haré con amigos", dijo, con los que compró el antiguo cuartel Rommel en Osterode. "Queremos levantar un centro de acogida modelo, y voy a abrir una fundación para niños traumatizados", agregó.
    El actor se mostró enfurecido por la reciente sucesión de episodios racistas y atentados en Alemania. El desencadenante fue una "shitstorm" -un imprevisto caos sin control- en Facebook cuando un diario quiso reunir fondos para refugiados.
    "Está bien si uno no quiere dar dinero, pero todos esos comentarios racistas son insoportables", lamentó el actor. "Es terrible, me avergüenzo por esta gente en Alemania", agregó.
    "Quisieran que cierre la boca, pero olvídense", subrayó Schweiger, que habló de "gente despiadada" que le da "ganas de vomitar".
    "Hay algo que no va en nuestra sociedad, se lo ve con los refugiados: esta gente vivió cosas terribles, la muerte, el éxodo, violaciones, vienen sólo con una camiseta", y "esos canallas quieren prenderles fuego", reaccionó después de un atentado, escribiendo a la canciller Angela Merkel y su vice Sigmar Gabriel. Este último lo llamó, contó Schweiger a Stern: "Estaba haciendo un castillo de arena para mi hija, me parecía más importante, pero él dijo que no, 'ahora hablemos'".
    El vicecanciller y líder del SPD escuchó media hora de desahogo: "Aprecié mucho que haya aparecido", dijo el actor, en el pasado inscrito en el SPD. "También me invitó a visitar cambios de refugiados", explicó.
    Desde hace tiempo Schweiger es también productor y realizador de filmes comprometidos. En Hollywood trabajó también con Quentin Tarantino en "Inglorious Basterds": "Antes me quejaba siempre de mis papeles: hago de bufón ante la cámara y encima me pagan. Cualquier policía, soldado, enfermera, hace más por la sociedad, yo sólo presto mi rostro". Sólo cuando dirige -concluyó- siente que hace algo "relevante para la sociedad", y ahora "hago algo mucho más relevante". BUS/MRZ
04/08/2015 19:45