CIUDAD DEL VATICANO, 26 (ANSA) - "La meta a la que tiende la
Iglesia, la Jerusalén nueva... el paraíso, más que de un lugar
se trata de un estado del alma en el que nuestras expectativas
más profundas serán cumplidas", dijo hoy el papa Francisco
en la audiencia general de los miércoles. Entonces, dijo, "nuestro ser hijos de Dios llegará a la plena
maduración, seremos vestidos de la alegría y al amor de Dios,
sin límite, estaremos cara a cara con él". Francisco dedicó la catequesis de hoy a las "preguntas
antiguas", las "preguntas espontáneas" que se plantea el hombre
de todos los tiempos. "Cuando nos dirigimos hacia este horizonte -observó el
Papa- nos damos cuenta de que nuestra imaginación nos impide"
comprender "el esplendor del misterio, y surgen preguntas
espontáneas como ¿cuándo ocurrirá este pasaje final? ¿Qué
será entonces de la humanidad y de la creación que
nos rodea?". "Pero estas preguntas no son nuevas, ya las habían hecho los
discípulos a Jesús", son "preguntas humanas, preguntas antiguas,
que nos planteamos también nosotros", dijo. Gracias a la fe, explicó, "nosotros sabemos el modo en que
será transformada la humanidad, sabemos por la revelación que
Dios prepara una tierra nueva donde habita la justicia" y que
"saciará todos los deseos de paz del corazón del hombre".
CHR-FM/GAN
26/11/2014 16:04
|